sábado, 20 de febrero de 2016

¿SE APEGARÁ USTED A LA VERDAD?

SI USTED ha comenzado a leer y estudiar la Biblia, la pregunta más importante de cuya respuesta debe estar convencido es: ¿Es esta la verdad? Si halla que lo es, ¿se apegará a ella? En los días de Jesucristo y los apóstoles la gente se encaró a preguntas similares.

Cuando los apóstoles predicaron acerca de Jesús, ¿cómo reaccionó la gente? Pues bien, las noticias tocante a Cristo, sus milagros, su sacrificio de rescate, su resurrección y la vida eterna les parecían atractivas, y muchos aceptaron como la verdad lo que oyeron. Pero la mayoría no. De hecho, por todas partes ‘se hablaba en contra’ de la organización cristiana de aquel entonces. (Hechos 28:22.) De modo que el aceptar las verdades que predicaban los discípulos de Jesús significaba ir en contra de la opinión popular y encontrar oposición. Por lo tanto, las personas que se interesaban en aquellas enseñanzas tenían que convencerse a sí mismas de que las enseñanzas cristianas eran la verdad. Solo así podían adoptar una postura firme.

Cuando Pablo y Bernabé visitaron a Antioquía, en Asia Menor, muchos escucharon con vivo interés su mensaje. El registro bíblico dice: “Ahora bien, cuando ellos iban saliendo, la gente se puso a suplicar que se le hablara de estos asuntos el sábado siguiente. El sábado siguiente casi toda la ciudad se reunió para oír la palabra de Jehová”. (Hechos 13:42, 44.) Pero este interés inicial menguó en un gran número de ellos cuando oyeron a emotivos opositores hablar en contra de los apóstoles.

El versículo 45 del capítulo 13 de los Hechos dice: “Cuando los judíos alcanzaron a ver las muchedumbres, se llenaron de celos, y se pusieron a contradecir con blasfemias las cosas que Pablo hablaba”. Entonces el versículo 50 pasa a decir: “Pero los judíos alborotaron a las mujeres estimables que adoraban a Dios, y a los hombres prominentes de la ciudad, y levantaron una persecución contra Pablo y Bernabé, y los echaron fuera de sus límites”. Las personas que se habían interesado en el mensaje tenían que decidir si continuarían escuchando a los seguidores de Jesús a pesar de la oposición. Tenían que aceptar como la verdad lo que oían, o tenían que cerrar los oídos a ello.



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